La
playa de Dulcinea
45 –Tatuajes
La
playa ya no es el lugar apacible en el
que paseamos unas docenas de vecinos, ahora se ha convertido en una zona de
sálvese el que pueda, en la que un lugar para poner la toalla es un tesoro del
que es difícil desprenderse. Todo se vuelve complicado, empezando por aparcar
cerca de la playa-, -cosa que a los vecinos no nos preocupa-, pero tomar un
refresco, ducharse, ir al baño, leer tranquilamente o hacer una foto del
entorno, sin que salgan cuarenta cabezas, es casi imposible. Huele a cremas
protectoras y bronceadores, a bocadillos de chorizo y a zapatillas
recalentadas. Llega un momento en el que ni el agua del mar refresca los
cuerpos; el verano está en sus días más calurosos. Todo el mundo quiere estar
cerca de la costa que es en donde se
respira mejor. La playa no tiene su olor natural, de algas y sal, huele a todo
lo demás; los ruidos nos rodean, lo mismo suena una botella de cava que acaban
de descorchar en algún lugar cercano que se oye el ruido de una lata al abrirse
o el gas de una botella de refresco entre la multitud de conversaciones y
nombres de niños a los que sus madres no se cansan de llamar. Las rocas también
están llenas de gente, cosa inusual. La playa se ha vuelto pequeña para tantos.
Se amontonan los tatuajes, parece ser que
están de moda, brazos, piernas, espaldas y tobillos lucen todo tipo de dibujos,
algunos son obras de arte, otros son solo manchas de tinta escondidas en un
cuerpo lleno de pelo y de antiguas historias vividas hace muchos años. Algunos
llevan nombres y frases escritos en sus pieles, otros llevan dibujos en varios
colores de flores, pájaros y animales. Hay un hombre mayor con pelo largo y gris,
recogido en una coleta, que pasa a mi lado hacia el agua, lleva los brazos
requemados del sol hasta poco más arriba del codo, en donde su piel está blanca
y luce varios tatuajes de tinta casi negra, uno es una virgen y el otro es un
escudo. Cuando le veo de espaldas descubro que lleva un corazón con un nombre
grabado en la parte de atrás de un hombro y
un águila en el otro; La mujer que le acompaña lleva una rosa, tosca y
oscura, en un tobillo y un corazón atravesado por un nombre en el brazo.
En el
rellano de la escalera hay una mujer con un brazo y una pierna tatuados en su
totalidad con tintas de varios colores y dibujos florales que no distingo bien
desde aquí y a mi lado veo el tatuaje que mi vecino tiene en la cabeza, una
araña, mientras mi otra vecina pone al sol la lagartija que tiene tatuada en el
pecho y que parece respirar cuando ella lo hace.
Las
olas no tienen sonido ante tanto ruido y el mar tiene sobrecarga de veleros,
lanchas, piraguas, barcos de línea, buceadores, motos acuáticas y bañistas. El
colorido es indiscutible.
Paul
sigue haciendo pulseras y collares de cuentas de colores, desde donde estoy le
he visto vender unos cuantos y sonreír abiertamente de satisfacción; Too-lo a
veces le visita, parece que se han hecho amigos y, de vez en cuando, le lleva
un café o un bocadillo, esta mañana le vi cuando le entregaba una bolsa llena
de cintas de colores, plumas, lentejuelas y cinta elástica de cuando Too-lo
trabajaba en los espectáculos de la noche. Paul ha estado a punto de echarse a
llorar al abrir la bolsa, al momento se ha puesto a inventar collares nuevos
poniendo plumas y conchas entre las cuentas. Es bonito verle sonreír y trabajar
con tanto interés, pero hay algo en su rostro que me preocupa; es cierto que
hace mucho calor pero, Paul, ha tenido, y tiene, la frente perlada de sudor
durante toda la mañana, estando, como está, sentado en la entrada de la cueva,
a la sombra de los arbustos que crecen encima no tendría por qué tener tanto
calor. Desde que he llegado a la playa no se ha levantado ni ha dado un paso y
su pie supura cada vez más por lo manchada que tiene la venda. Le he preguntado
si se la cura bien y me ha dicho que sí, pero no le creo.
Dedicado
a todos los que en algún momento se han preocupado por alguien. Gracias por
leerme. Un saludo. Amaya Puente de Muñozguren. Todos los derechos reservados.
Si os ha gustado, compartirlo con los amigos y la familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario